Suya


La idea de someterse a un hombre nunca se le había ocurrido.....hasta que le conoció.
Desde que supo que era un Dominante, había fantaseado con la idea de que le atara y dominara con maestría su cuerpo.
Las amenazas de disciplinarla le hacían humedecerse. Era una chica traviesa y se había ganado un castigo.


Deseaba ser su sumisa. Bajo su mano aprendería a someterse.
No tenía que pensar, solo seguir sus instrucciones, dejarse llevar. Le excitaban sus órdenes.
Estaba a su merced pero sabía que nunca le lastimaría aunque atada se sentía indefensa.
Él podía concederle placer o hacerle esperar.
Era enteramente suya, atada, a su merced, colmada de él y esclava de sus palabras seductoras.
Adicta al placer, él le administraba su dosis.
Necesitaba dejarse ir. Necesitaba darle su confianza absoluta.
En ese momento, su cuerpo ya no le pertenecía a ella.
Era completamente suya.